Tu sueño

Se acompaña mejor con la melodía.

Te acompaño mientras duermes, mientras me regalas esa confianza de descansar a mi lado, veo tus pequeños ojos cerrados con esas pestañas tan largas como rayos de sol matinal, escucho tu respiración acompasada, tranquila, que me invita a sentirme relajado y tranquilo en tu compañía.

Palabras surgen desde el fondo de mi corazón, abriéndose paso por todo el cuerpo y provocando una traumática respuesta en mí, desde llanto reprimido hasta nostalgia de recuerdos lejanos; pero también hay agradecimiento y felicidad, un tipo de felicidad añeja, una felicidad primitiva que me hace sentir vivo.

Retiro tu cabello de la frente y te obsequio un beso, te murmuro al oído que te quiero y que me haces muy feliz; sucumbo a mis deseos y rodeo tu cuerpo con mis brazos para consumirte en un abrazo enorme, a lo que respondes: Déjame dormir, papá.

Te quiero Abril.

Esta entrada fue publicada en Poesía. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario